Los avances tecnológicos de los últimos años, han generado una cantidad elevada de aparatos electrónicos que facilitan las tareas cotidianas de todos nosotros. No cabe duda de que el uso de estos artefactos ha revolucionado la vida de los seres humanos, pues corresponden a herramientas que facilitan de múltiples maneras las labores cotidianas, entre ellos, televisores, monitores, teléfonos celulares y computadoras.
¿Y qué sucede cuando un aparato electrónico deja de funcionar? Algunos buscan un experto que realice reparación del equipo, otros lo desechan a la primera. En todo caso, una vez que el aparato electrónico concluyó su vida útil, se desecha. Estos residuos no deben disponerse de la misma forma de un residuo ordinario, esto porque debido a sus características, contienen metales y otros materiales que pueden ser peligrosos o contaminantes para la salud de los seres humanos y del medio ambiente.
De hecho, la situación con los residuos electrónicos es tan relevante que 53 países han firmado un convenio sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligros, conocido como Convenio de Basilea.
Este convenio establece que el transporte y la eliminación de aquellos productos que contengan cadmio, mercurio, plomo, berilio, entre otros, debe ser vigilado por los Estados para proteger la salud humana y el medio ambiente. Los artefactos eléctricos y electrónicos poseen estas sustancias, de ahí la importancia del correcto tratamiento de los residuos electrónicos (MICITT, 2018).
Algunos ejemplos de residuos electrónicos son: computadoras portátiles y de escritorio, teléfonos celulares, centrales telefónicas, consolas de videojuegos, equipos de audio y video, hornos microondas, unidades de refrigeración o de aire acondicionado, televisores plasma y LCD, escáneres, impresoras, fotocopiadoras, equipos de oficina multifuncional, monitores enteros y pantallas planas, baterías, cargadores, cables, proyectores de diapositivas, asistente portátil digital (PDA), calculadoras, proyector de transparencias, (Acetatos), llaves USB, regletas, discos compactos, routers, entre otros.
Hay varios problemas que se generan de la gestión incorrecta de los residuos electrónicos, entre ellos:
- Son depositados en lotes baldíos o botaderos, contaminando el agua, el suelo y el aire.
- Se disponen en rellenos sanitarios no preparados para estos materiales, por lo que los componentes pueden reaccionar con los residuos o explotar al ser comprimidos y provocar un incendio.
- Se proliferan gestores informales que venden las partes valorizables de los residuos electrónicos y desechan irresponsablemente las partes no valorizables.
- Se incrementa el riesgo de que terceros accedan a información confidencial almacenada en dispositivos electrónicos como computadoras, USB, celulares, entre otros, (Asegire, s,f).
Es por esto que todos debemos cuidar que dentro de nuestras bolsas de residuos ordinarios, no estemos agregando residuos de tipo electrónico. Recuerda que la gestión integral de residuos empieza desde el hogar y es responsabilidad de todos.
Bibliografía:
- Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT). (2018). Manejo de residuos electrónicos en Costa Rica 2016-2017. San José, C. R.: MICITT, 30 p. Recuperado de: https://www.micit.go.cr/sites/default/files/manejo_de_residuos_electronicos_en_costa-rica_2016-2017_2.pdf
- Asegire. (s,f). Gestión de residuos electrónicos. Recuperado de: http://asegire.com/servicios/gestion-de-residuos-electronicos/